«Un Cortijo Andaluz y 3000 Años de Historia: La Experiencia Única de Bodegas Ligures»

«Una ciudad con 40 hectareas de extensión»

Retrocedemos 3000 años en el tiempo para explorar las estribaciones del antiguo Sinus Tartessicus, conocido posteriormente por los romanos como Lago Ligustino. En este viaje, visitamos Mesas de Asta.
Mesas de Asta, antes conocida como la ciudad de Asta Regia, ha sido un centro habitado desde finales del Neolítico hasta la época medieval. Este enclave histórico fue testigo del paso de diversas culturas, desde las neolíticas y tartésicas, hasta las fenicias, turdetanas y romanas.. Esta ciudad costera, que abarcaba una extensión de 40 hectáreas, contaba con un puerto que la conectaba con el Atlántico.

«Recuperando el patrimonio familiar»

A pocos metros del yacimiento arqueológico se encuentra Bodegas Ligures, un proyecto que nació en 2021 de la mano de Javier y Jaime García González y Enrique Barroso. Ubicada en el Cortijo de la familia González, donde se localizaba la antigua bodega González Sillero, fundada en 1939, este nuevo emprendimiento ha restaurado el hermoso cortijo familiar, convirtiéndolo en un nuevo y atractivo destino enoturístico en un enclave privilegiado, cargado de historia.

«volver a la vida de un cortijo andaluz»

Al llegar a la bodega, fuimos recibidos por Enrique Barroso y Paloma de las Nieves, quienes nos acompañaron como guías a lo largo de nuestra visita. Ingresamos a la bodega a través del despacho de vinos, donde la decoración nos encandiló de inmediato: damajuanas convertidas en lámparas, redes en el techo, esteras de esparto en el suelo y duelas adornando la barra. Estos detalles nos dejaron claro que estábamos en una bodega con un estilo único y distintivo. Echo que quedó demostrado cuando salimos al primer patio de la bodega y nos encontramos con el típico patio de un cortijo andaluz, rodeado de paredes blancas, arboles frutales. Este espacio con su pozo central nos transporta a tiempos pasados.
Continuamos nuestro recorrido por la bodega y entramos en el primer casco, la Bodega Galería M Paz Varela, uno de los muchos espacios que componen los 1000 m² de la Bodega Ligures. En la Bodega El Chinchal, nos encontramos con un mural que exhibe los utensilios tradicionales utilizados en la tonelería. El esfuerzo e ingenio dedicados a la restauración del cortijo son evidentes en cada detalle. Nos encantó especialmente la recuperación de los antiguos depósitos de cemento, donde se almacenaba el mosto de la uva, y que ahora han sido transformados en cavas subterráneas.

«dos gamas de vinos para elegir»

Concluimos la visita de la bodega, con una cata de sus vinos. La bodega ofrece dos gamas distintivas: los vinos viejos, con más de 60 años de antigüedad, provenientes de las soleras de la familia González, que datan de 1939. Entre ellos se encuentran Oloroso, Amontillado, Palo Cortado, y Vinagres. Por otro lado, la bodega presenta una gama de vinos más jóvenes, los Jereces Ligures, destacando especialmente su fino, sorprendente por su suavidad, salinidad, y ligereza. Además, no podemos dejar de mencionar sus deliciosos vermuts, disponibles en versiones blanca y roja.
Bodegas Ligures es, sin lugar a dudas, un destino imprescindible para cualquier amante del vino. Su entorno, su historia, hacen de esta bodega un lugar perfecto para una escapada enoturística. Ya sea que estés buscando una experiencia tranquila rodeada de naturaleza, o una inmersión profunda en el mundo del vino.

El vino es cultura.

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